sábado, 7 de marzo de 2015

El mundo perdido.La extinción, una cuestión de comportamiento.

El mundo perdido es una novela de Michael Crichton publicada en 1995 y es la segunda parte de Parque Jurásico de 1990.  Decir que ambas se han adaptado al cine, sería un poco injusto. Si, se han hecho películas, con la idea de los libros y con muchos de sus personajes. Pero tratados de forma muy diferente, de tal forma que al menos, en Parque Jurásico se disfruta mucho tanto la película como el libro, siendo este último recomendable para una edad mayor que el film, para poder entenderlo bien.

A continuación un fragmento del prólogo puesto en boca del personaje Ian Malcom, del cual se dice que es un álter ego en muchos aspectos del propio autor.


En nuestro planeta conviven actualmente cincuenta millones de especies entre plantas y animales. Aunque esto nos parezca una notable diversidad, no es nada en comparación con la que ha existido anteriormente.

Calculamos que han pasado cincuenta mil millones de especies por este planeta desde que surgió la vida. Eso significa que de cada mil especies que existieron queda sólo una. Por lo tanto, casi el ciento por ciento de todas las especies que han vivido alguna vez se hallan ahora extintas. Y las grandes matanzas sólo dan cuenta de un cinco por ciento de ese total. La abrumadora mayoría de las especies ha muerto una por una.


El hecho, explicó Malcolm, era que la vida en la Tierra estaba marcada por un ritmo de extinción continuo y estable. En general, el promedio de vida de una especie era de cuatro millones de años. En el caso de los mamíferos se reducía a un millón de años. Transcurrido ese tiempo la especie desaparecía. De modo que el desarrollo de cualquier especie se ajustaba a un mismo patrón: surgimiento, pujanza y extinción en unos cuantos millones de años. A lo largo de la historia de la vida en la Tierra, se había extinguido una especie al día en promedio.

—Pero, ¿por qué? — preguntó Malcolm— . ¿Qué provoca la aparición y el ocaso de las especies terrestres en un ciclo de cuatro millones de años?


"La respuesta es, en parte, que no somos conscientes de que nuestro planeta permanece en continua actividad. Sólo en los últimos cincuenta mil años (apenas un abrir y cerrar de ojos desde el punto de vista geológico) las selvas tropicales se han contraído significativamente y luego han vuelto a crecer. Las selvas no son un elemento inalterable del planeta; de hecho, son muy recientes. Hace tan sólo diez mil años, cuando había ya cazadores humanos en el continente americano, una masa de hielo flotante se extendió hasta lo que hoy en día es la ciudad de Nueva York. Muchos animales se extinguieron durante esa época."

"De manera que en su mayor parte la historia de la Tierra muestra animales que viven y mueren en un entorno extremadamente activo. Esto explica probablemente el noventa por ciento de las extinciones. Si el mar se seca o aumenta su salinidad, como es lógico el plancton morirá. Pero no ocurre lo mismo con los animales complejos, como los dinosaurios, ya que éstos se aíslan, literal y figurativamente, de tales cambios. ¿Por qué se extinguen los animales complejos? ¿Por qué no se adaptan? Físicamente parecen aptos para la supervivencia. En apariencia no existe razón alguna para que mueran. Y sin embargo, mueren."


"Mi planteo es que los animales complejos no se extinguen a causa de un cambio en su adaptación física al medio ambiente, sino de su propio comportamiento. Me atrevería a afirmar que las recientes conclusiones derivadas de la teoría del caos, o dinámica no lineal, ofrecen interesantes indicios de cómo se produce esta situación."


"Nos revelan que el comportamiento de los animales complejos puede modificarse muy rápidamente, y no siempre para bien. Revelan que el comportamiento puede dejar de ser una respuesta al medio ambiente y conducir, en cambio, al ocaso y la muerte. Revelan que los animales pueden renunciar a la adaptación. ¿Es esto lo que ocurrió con los dinosaurios? ¿Es ésta la verdadera causa de su desaparición? Puede que nunca lo sepamos. Pero no es casualidad que los seres humanos muestren tanto interés en la extinción de los dinosaurios. El ocaso de los dinosaurios posibilitó el desarrollo de los mamíferos, incluida la especie humana. Y eso nos lleva a preguntarnos si la desaparición de los dinosaurios va a repetirse tarde o temprano en nosotros, si en el nivel más profundo la culpa no recae en el ciego destino (en un feroz meteorito procedente del cielo), sino en nuestro comportamiento. Por el momento no tenemos respuesta."

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