En esta ocasión voy a compartir un texto correspondiente a un ejercicio del máster de la asignatura Evaluación Ambiental Estratégica por parte del profesor Juan Marcos Pérez Gulin y que consistía en una Visión para Galicia dentro de 29 años. Como este tema podría alargarse mucho, la limitación espacial del texto fue de medio folio aproximadamente y debía estar basado en las directrices de ordenación del territorio. Dedicaré próximas entradas a desarrollar algunos de los temas que trato puesto que no solo hay que diagnosticar problemas y formular deseos sino que también hay que proponer medidas concretas.
Teniendo en cuenta que, según el
INEGA, Galicia puede generar en la actualidad con energías renovables
(especialmente hidráulica y eólica) un 75% de la energía eléctrica que consume,
dentro de 29 años y a pesar del incremento de la demanda que habrá debido al
empleo de esta en los medios de transporte, sería lógico pensar en que se alcanzará el 100 %.
Para ello son fundamentales mejoras
en la construcción de edificios con cubiertas totalmente aislantes y teniendo
presente a las renovables como parte del diseño de la construcción. Todo ello
incluyendo desde energía solar en las fachadas, eólica o miniéolica en las
azoteas, hasta geotérmica en la propia estructura, convirtiendo a los edificios
más modernos en autosuficientes desde el punto de vista energético, dejando así
el resto de la producción de electricidad para edificios históricos, la industria y el transporte.
En cuanto a ordenación del
territorio, los mayores problemas que hay son en cuanto a la movilidad, para
ello habrá que identificar los tipos de zonas y motivos por los cuales la gente se desplaza y tener ciudades complejas en la cual todos los elementos se mezclen en cierta harmonía, las
zonas comerciales y de ocio, complejos deportivos hasta los parques
empresariales que tendrán que dejar de
ser tan negativamente impactantes a la vista y al entorno para que se llegue al
punto de poder integrar viviendas en ellos. Más fácil resultaría aún en las
oficinas en las que bastaría con hacer los edificios más altos. El problema social
que plantearía esto es el concepto de posesión del lugar de residencia. El
mayor gasto de una familia a lo largo de la vida es su casa y esta no pude moverse
del sitio, en muchos hogares condicionan sus empleos y su manera de vivir por
el lugar donde habitan. Habría que cambiar este concepto con políticas que
faciliten el alquiler y que hagan económicamente viable el cambio de domicilio
cuando uno cambia de trabajo.
En cuanto a los medios de
transporte habrá importantes áreas metropolitanas que favorezcan el transporte
colectivo que será eléctrico. Estas, a su vez, estarán conectadas entre sí,
incluyendo la conexión entre los tres aeropuertos, puesto que para pasajeros
solo se empleará el de Santiago dejando para Vigo y A Coruña el de mercancías.
Socialmente se fomentará el empleo del
coche, que tampoco consumirá combustibles fósiles, al rural y las zonas de
viviendas dispersas. Para el transporte individual en las ciudades volverán los
soportales, a causa de la lluvia, que en Galicia no es poca, bajo los cuales se
habilitará también un carril para las bicicletas eléctricas, para superar las
cuestas que tampoco escasean.
En cuanto a la gestión de
residuos, en las grandes y medianas ciudades no habrá papeleras en los pisos,
directamente y por gravedad se enviarán al exterior y de forma colectiva se
realizará la recogida directamente desde la calle, pudiendo haber incluso
integradas plantas de compostaje y biogás en el subsuelo. En cuanto al rural
habrá que o bien habilitar puntos de recogida en los lugares de paso, facilitar
lugares de acumulación vecinal en los cuales el orgánico se emplee para compost
biogás o incluso en los hogares que sea posible tener una planta propia. De
todas formas tal y como refleja la siguiente ilustración de Luís Davila, en el
rural posiblemente sea más difícil la recogida selectiva, pero es donde resulta
más fácil reciclar, solo es cuestión de tener un poco de creatividad.
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